
Tras 30 años de desarrollo (y 21 desde el lanzamiento de su versión 2.0) llega GIMP 3.0 con muchas promesas ilusionantes. La mala noticia es que no cambiará la opinión de sus detractores, pues los cambios en interfaz y uso no lo hacen especialmente atractivo o fácil de usar. Sin embargo, sí nos ofrece un buen número de novedades jugosas para quienes llevamos tiempo trabajando con esta herramienta de código abierto:
- Efectos de capa no destructivos: la función estrella nos permite modificar e incluso desactivar los filtros a nuestra conveniencia, durante cualquier momento de la edición.
- Estilos de borde para el texto: sus escasas capacidades en torno a los textos me llevaron en más de una ocasión a usar Inkscape. Probablemente ahora ya no sienta esa necesidad cuando se trate de mapas de bits.
- Nuevos efectos: el filtro genérico de estilo de texto es el más prometedor, ahondando en las mejoras de ambos puntos anteriores.
- Mejora en la herramienta de Alinecación y distribución de los elementos: otra de esas cosas que Inkscape hace a las mil maravillas y ahora GIMP ya no necesita envidiar.
Por si las novedades con los efectos saben a poco, la colección de filtros de G’MIC ya es compatible con esta versión y se instala muy cómodamente.
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