
Uno de los elementos que más me gustan de Android es el tradicional botón de compartir. Nos permite enviar toda clase de documentos a cualquier aplicación que sea capaz de trabajar con ellos, ya sea para modificarlos o enviárselos a otra persona.
Y, sin embargo, al mismo tiempo es una de las funciones que más odio porque es donde más se demuestra la enorme diversidad de Android: no es que cada dispositivo tenga un menú diferente al que adaptarse (lo que me parecería perfecto) sino que cada aplicación tiene su propio modelo de menú y ni las apps de Google siguen el estándar del Sistema.
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