Hay que tener mucho cuidado con los grandes chollos y lo que te dan “gratis” porque puede contener mucha letra pequeña.
Para comenzar te cobran la apertura de cuenta y gastos de envío (eso último es normal), te cobran si quieres acumular megas libres, si quieres buzón de voz… y al final resulta que ni siquiera es una operadora de telefonía real sino que funciona mediante VoIP a través de, parece, su programa específico.
La moraleja siempre es que, en los servicios donde te exigen datos bancarios hay que leerlo todo bien porque nada les impide cobrar lo que es suyo (aunque no seas consciente de ello).