Iba a enlazar otro artículo, más completo, pero no podía evitar aprovechar para criticar (por favor, ¡que alguien cuente los verbos que he utilizado en una sola frase!) titulares como éste: en ningún momento se da una sola razón para que el nuevo WhatsApp no te guste… salvo que entiendas por razón que han cambiado las cosas de sitio para hacerla más accesible.
Adjuntar archivos, así como tomar una foto, están ahora en la barra de chat por una buena razón, la de permitir hacerlo con una sola mano en los móviles de hoy en día. Y separar videollamada de llamada de voz en la zona superior también es un acierto que permite acelerar las cosas y no confundir al personal.
Lo cierto es que es un cambio necesario y bastante bien ejecutado, en mi opinión. Pero al menos mi opinión la sustento en algo más que esa actitud del reaccionario tecnológico que tira por tierra todo nuevo cambio de interfaz. Es un tema del que hablé hace ya más de 10 años, cuando Flickr y Last.fm hicieron sendos cambios para mejorar su usabilidad pero el clamor popular reivindicaba hoguera para sus promotores. Lamentablemente aquél artículo ha quedado en el olvido y nunca lo podré recuperar.
Facebook era la más valiente en este aspecto, atreviéndose a activar modificaciones parciales en su página muy a menudo, pero hace tiempo que se ha estancado para centrarse únicamente en el móvil.
Sin querer alargarme más, sólo voy a destacar la importancia de evolucionar las interfaces de todos los servicios, pues deben ser orgánicas y adaptarse a nuestros usos. Y nosotros, los humanos, debemos estar siempre abiertos a esos cambios. Porque, evidentemente, no siempre van a ser a mejor… pero cuando el mundo reacciona constantemente ante cualquier evolución lo que se fomenta es la insensibilización del diseñador ante el feedback externo.