Si no fuera porque me dedico a la enseñanza de estos temas, nunca me percataría de hasta qué punto estos atajos (de ratón, en este caso) son vitales y, a la vez, desconocidos para el gran público.
Yo no podría vivir sin el triple clic para seleccionar un párrafo (cuádruple en el caso de LibreOffice Writer) o el doble clic en la barra de título para maximizar. Y ya no digamos sin abrir enlaces en pestaña nueva con el botón central.