Desde pequeño me crié con música fundamentalmente instrumental o en inglés, por lo que me he acostumbrado a centrarme en la expresividad de melodía e instrumentos y no en la letra de la canción.
Probablemente por eso jamás creí necesaria una versión de Spotify para niños… pero resulta que el mundo está lleno de canciones demasiado explícitas (”soy una taza”, te estoy mirando a ti) y ésta puede ser una gran herramienta para no tener que andar vigilando todo lo que los peques escuchan.
Habrá que ver qué ocurre cuando llegue a España.