
Se trata de inspeccionar el cuadro de texto donde está la contraseña y decirle que en vez de ser tipo password sea tipo text. Y ya está!
Es decir, que este truco tan sencillo hace vulnerables todos esos gestores de contraseñas que nos dan la seguridad de que nadie pueda ver nuestras contraseñas sin la clave maestra.
Lo peor es la sensación de que es algo ya conocido y a lo que no se le ha querido poner remedio con un simple “aquí mandamos nosotros y si pone password no te dejamos cambiar a modo texto”.