Ojo, que no hablamos de apagar y encender de nuevo el móvil sino a restaurarlo a su versión de fábrica, el equivalente a formatear y reinstalar Windows en un PC.
No soy muy fan de las medidas extremas, sobre todo cuando hablamos de equipos que no suelen durarnos más de tres años… pero sí que es un recurso a tener en cuenta cuando el software de tu teléfono no deja de dar problemas.