En realidad es un largo adiós que lleva fraguándose desde Windows 8 y que hasta se comentó en El Proxy hace 5 años, pero los medios de comunicación dedicados a este ámbito tienden a exagerar las cosas y tener muy mala memoria.
Lo cierto es que, tras más de una década, aún se hace bastante inviable eliminar por completo el Panel de control. Como mucho, veo factible eliminar el panel pero dejar todas sus secciones con la interfaz clásica como accesos dentro de la Configuración moderna.
Reciéntemente migré a Windows 11 y sigo alucinando con el lento proceso: sí, opciones como las de sonido o el acceso a Internet han ganado presencia en la sección de Configuración, pero aún así se siente necesario continuar configurando muchas de sus cosas al modo tradicional.