Ya se ha hablado en alguna ocasión sobre el juice jacking, una técnica de hackeo mediante conexión USB. Pero me encanta el enfoque que le dan aquí: sí, los cargadores públicos pueden ser problemáticos pero la tecnología actual está diseñada para sortear buena parte de esos riesgos de seguridad.
Digo «buena parte» porque, sin ser un entendido en el tema, creo que el riesgo de sobrecarga eléctrica seguiría presente.