Si el secuestro y encriptación de tus archivos personales ya te puede fastidiar el año, no me quiero imaginar si el siguiente paso es publicarlos en la red para que cualquiera pueda verlos.
Supongo que aún hay margen porque con un poco de trabajo los delincuentes tendrán muy fácil conseguir direcciones de correo o incluso números de teléfono de familiares o jefes, lo que podría ser todavía peor en algunos casos.