Aunque no creo que sea necesario obsesionarse con el tema de que te puedan robar el dinero acercando un dispositivo NFC al móvil que llevas en el bolsillo, todo lo que se señala en este artículo me parecen unas buenas prácticas genéricas que sí deberíamos tener en cuenta para nuestra seguridad:
- Añadir un límite diario razonable
- Apagar la conexión NFC cuando no la vayas a usar
- Bloqueo de pantalla seguro: huella dactilar o contraseña suficientemente enrevesada es mejor que un patrón sencillo
- Añado un cuarto elemento: estar atento a cualquier notificación sospechosa de la app de banca. Incluso configurarlas para que salten en reloj o pulsera inteligentes si se usan.