Opera, el que nunca tuvo la fama de su parte a pesar de ser durante más de una década el navegador más innovador del mercado a pesar, ha ido a la deriva adoptando el motor de renderizado de Chrome y ahora siendo comprado por un consorcio chino.
Para los que se han quedado huérfanos de un proyecto relativamente abierto y rival de grandes compañías como Google o Mozilla cuentan con una alternativa: Vivaldi es su sucesor espiritual.