Debemos tener muy claro que depender totalmente de la nube es peligroso, pero es todavía peor cuando ponemos todos los huevos en la misma cesta. Desgraciadamente eso es lo más habitual debido a las sinergias provocadas por usar varios servicios de la misma nube: si usas Google Drive puedes aprovechar la agenda de contactos de Gmail, si tienes tus documentos en Office365 es más cómodo emplear Outlook…
El domingo se cayó durante unas horas buena parte de la nube de Google y con ella, aparte del caos en las redes porque Youtube o Google Drive dejaron de funcionar, también se originaron muchos curiosos daños colaterales.
Es cierto que esta clase de cosas les pasa una vez al año a las grandes compañías y no nos suele afectar demasiado, pero nos hace vislumbrar un futuro peligroso si nuesta dependencia va todavía más allá.