En Adobe no se cansan de los escándalos por el modelo de suscripción: primero no incluyen en Photoshop algo tan básico como el Pantone y ahora te exigen pagar una suscripción de Adobe Reader para poder hacer una sencilla modificación a tus PDF. Y ojo, no hablamos de una edición profunda del documento sino una simple rotación.
Lo bueno de que el PDF sea un formato abierto y estándar es que no necesitamos para nada la herramienta oficial, ya que existen miles de alternativas de escritorio gratuitas (Okular), webapps, aplicaciones móviles e incluso integraciones en otros programas (Gimp para mapas de bits, Inkscape para vectores, LlibreOffice Draw para todo en general).