Hace poco hablábamos de las multas que pueden caer por las llamadas comerciales a personas inscritas en la lista Robinson y ahora toca hablar de nuestro derecho como consumidor a exigir que nos entreguen el paquete en mano, no a los vecinos o al portero.
En este caso concreto se hace hincapié en la cesión de datos de una empresa de transporte a un tercero sin autorización expresa. La clave, por supuesto, es esto último: si quieren dejar el paquete a otra persona deben llamar por teléfono para consultarlo.