Crear un tipo de cuenta para adolescentes con mayor control parental suena a buena idea hasta que uno piensa que, al final, es una puerta a Internet y eso no hay quien lo controle con límites al uso diario, filtros de palabras ofensivas o cuentas privadas por defecto.
No son malas ideas y hay que valorar positivamente el intento. Pero vuelven a insistir en la idea de restringir y espiar (en este caso, saber con quienes hablan en privado y qué temas les insteresan) en lugar de respetar su privacidad y educar para que de ese adolescente se convierta en un joven adulto responsable.