La idea tras este concepto es poder transferir llamadas de un móvil o tablet a otro sin cortes ni pausas, además de compartir credenciales de conexión a redes wifi.
Parece futurista y súper cómodo, pero a estas alturas de la historia todos debemos levantar una ceja cuando Google te obliga a usar su cuenta de usuario para poder hacer uso de este servicio. Es otro extra más que intenta atraparnos en su ecosistema, pero al menos ofrece la posibilidad de que aplicaciones de terceros (WhatsApp por ejemplo) puedan hacer uso de esta tecnología. A cambio de regalarle más datos a Google? eso lo sabrán ellos.
Por no variar, estaría bien exigir una alternativa de código abierto e independiente.