Me alucina el concepto de este mando modular tan espectacularmente personalizable para fomentar la accesibilidad de los controles en videojuegos. No es el concepto más barato, pero 300 dólares tampoco me parece exagerado para algo tan de nicho. Y mentiría si dijese que no he fantaseado con hacerme con uno, la verdad.
Por si el formato vídeo no es lo tuyo, en el siguiente artículo se habla del tema.