
El adpocalipsis de Google Chrome es la historia de una muerte anunciadísima que lleva persiguiendo desde hace unos años a extensiones populares que bloquean publicidad como uBlock Origin.
Tras unos breves titubeos todo ha comenzado a coger carrerilla y la imposibilidad de instalar extensiones en la versión de desarrollo pasó de la versión de desarrollo de Chrome a la oficial que todo el mundo usa. Y el siguiente paso, inminente, es ya inhabilitarla en los navegadores que la tienen instalada y funcionando.
La mayor novedad para mí es que Microsoft anuncia que seguirá la misma estrategia bloqueando estas extensiones en Edge y, con el tiempo, también lo harán otros navegadores basados en Chromium como Brave o Vivaldi. No creo que debamos enrocarnos reaccionariamente en que el viejo modelo de extensiones Manifest v2 es la solución a todos nuestros males, pero desde luego parece (por las pruebas que he hecho yo con uBlock Origin Lite) que hay que darle una vuelta para ofrecernos más seguridad sin eliminar nuestro derecho a despojar de publicidad toda web que pasa por nuestros equipos.
Mientras tanto, en Firefox tenemos asegurado el soporte de estas extensiones, pero nos tiramos de los pelos porque ha añadido unos términos de uso.