
La moraleja de esta noticia es que, cuando una conexión falla, debemos tener en cuenta todas sus posibles causas, incluidos los eternamente olvidados cables. Lo mismo se aplica a los puertos USB donde el tema es mucho más confuso.
En este caso, aunque por velocidad los cables ethernet de categoría 5e deberían ser suficientes, es mejor curarse en salud e ir, como mínimo, a por la siguiente generación que es más estable y permite mayores distancias sin perder capacidad.
