Existen muchos métodos para suplantar la identidad de bancos y otro tipo de empresas: desde SMS hasta direcciones de correo o llamadas telefónicas. Y que el número o la dirección se vean legítimos ya no es ninguna prueba de que estamos seguros.
Personalmente lo que siempre recomiendo es que nosotros mismos tomemos la iniciativa: si recibes un SMS alertándote de un problema de seguridad con tu cuenta, llama o escribe a la empresa afectada. Es un procedimiento lento, pero justamente eso va a jugar siempre a favor de la persona a la que intentan estafar.