Aparte de contar con el beneplácito de la Agencia Española de Protección de Datos y depender de una asociación sin ánimo de lucro centrada en la privacidad, esta alternativa a la lista Robinson parece ofrecernos un control mucho más rico de aquellos sectores y medios en los que queremos dejar de recibir publicidad.
No cabe duda que quienes intentan engañarnos van a seguir molestando, pero al menos esto nos da una protección legal de cara a las empresas responsables. Y, como extra muy interesante, cuenta con herramientas para revocar el consentimiento u oponerse al tratamiento de datos de empresas específicas.