
En un contexto en el que toda la industria tecnológica apuesta por la Inteligencia Artificial, a veces más como reclamo que como auténtica necesidad y hasta los navegadores como Firefox se deciden a incluirla, Vivaldi parece ser el único exponente relevante contrario.
Me gusta la idea que define como espectador al usuario actual de navegadores como Chrome y Edge, pues es cierto que su papel pasa a ser mucho más secundario y pasivo. Y lo cierto es que Vivaldi siempre me ha parecido el navegador ideal para los usuarios más exigentes: posibilidades de personalización infinitas y máxima compatibilidad gracias a Chromium.