El nombre es lo de menos, lo importante es entender bien en qué consiste la estafa para poder defenderse… y al final es lo mismo que con el correo electrónico: debemos cuidarnos mucho de confiar en quien nos llama o nos escribe. Hay que asegurarse siempre de que la dirección o el teléfono sean legítimos y ante la más mínima duda, contactar por otro medio con el ofertante y la policía, en caso de confirmar la falsedad.
Pero sobre todo, muy muy muy por encima de todo, jamás dar datos privados y asegurarnos bien de qué gestiones hacemos con el móvil, por mucho que nos estén guiando paso a paso.