La cosa parece que aún va para largo, pero promete ser un sistema imprescindible de cara a mejorar la protección de los menores a la hora de navegar por Internet.
Habrá que valorar hasta qué punto la identificación es privada y segura, pero sobre todo, accesible a todo el mundo sin ofrecer gran resistencia a los más novatos. Lástima que no estemos hablando de un estándar con alcance más internacional y homogéneo.