Una de las cosas más fascinantes de la Informática relativamente abierta es que se inventan soluciones para problemas que jamás creíste que existirían.
Como tiquismiquis de renombre puedo entender la utilidad de este programa. No para mí, pero sí para otras personas.
No creo que lo vaya a necesitar ningún lector de El proxy, pero lo cierto es que me parece buena idea dejarlo reseñado por si algún día yo mismo necesito algo así.