Una de las cualidades que hizo grande a Twitter también la lleva lastrando durante años… y no tiene pinta de que pueda cambiarse a corto plazo. Porque a nadie se le escapa que Twitter es la red social más tóxica y en gran medida es gracias a su capacidad para viralizar tuits.
Sobre el papel, el retuit es una bendición: ofrece apoyo, favorece que la gente te conozca y hable contigo.
Pero ya se sabe que no se nos puede dar nada bonito porque lo destrozamos aprovechando esa viralidad para ridiculizar a los famosos, las campañas de desinformación o los concursos absurdos.
El artículo es extenso y muy interesante, pero lamentablemente está en inglés.