
Google Maps dice que buena parte de las autopistas alemanas están cerradas y hay medios que nos echan la culpa a los usuarios por no tener sentido común y contrastar la información. Los mismos medios que nos cuentan alabanzas de los modelos de lenguaje que juegan a la lotería para responder a nuestras dudas (y que, probablemente, usen para reescribir sus artículos).
Más allá de la incoherencia e incluso de esta incidencia concreta de la que faltan datos por conocerse, mi sensación es que esta noticia puede acercarnos un futuro bastante caótico en el que un grupo de usuarios organizado podría inluir en la información de Google Maps. Y es un problema común a todo ese tipo de herramientas masivas que la gente entiende como servicio público (siendo empresas privadas cuyo único fin es obtener beneficios) y que se nutren de datos de los usuarios.
El problema es que, en este caso, el software libre está todavía más expuesto a esta clase de manipulaciones si no se les da herramientas (económicas) para convertirse en una opción competitiva.