Brave es un afamado navegador en este mundillo que surgió de la nada hace unos 7 años, amparándose en Chromium y bajo lemas de privacidad, seguridad y bla bla bla.
Como dije hace unas semanas, su máximo responsable no es precisamente un ejemplo a seguir… y al final eso termina transfiriéndose a sus proyectos.
Que te instale un VPN sin permiso suena muy mal, por mucho que tras el revuelo estén rectificando. Se suma a una larga lista de señales que van alertando a los que intentamos estar al día en este mundillo. Hasta el punto que ya cuesta encontrar defensores de este navegador cuando hace un par de años gozaba de una fama inmejorable.
El Microsoft Edge en versión Chromium también ha sabido seguir su estela: ha pasado de ser respetado por desgoglificar Chromium y hacerlo más rápido a ser vilipendiado ahora por su actitud monopolística y su integración con la IA.