
Hubo un tiempo en que me molestaba cada nueva tendencia absurda que iniciaba Apple porque el sector tecnológico se obsesionaba con seguirle los pasos: ecosistema cerrado, interfaces absurdas, eliminación de puertos o cargadores en sus productos estrella, aumentos de precio abusivos ante un mísero incremento en almacenamiento…
Liquid Glass, el último rediseño de interfaz de iOS, es un ejemplo más pero que llega en un momento muy malo en cuanto a la capacidad de innovar en esta empresa. Parecía que, por fin, se quedaría un poco más sola ante las críticas de sus usuarios, pero no ha sido así.
