Aunque no deja de ser una simple experiencia personal (afortunadamente con final feliz), viene bien recordar que hay tiendas donde es aconsejable correr los mínimos riesgos posibles.
No soy nada fan de AliExpress, su fama le precede. Barata pero con pocas garantías, al final termina siendo una lotería según el vendedor que te toque. Y si a eso le sumas las aduanas en el caso de compras potentes, el cóctel es explosivo: producto sin garantía europea y a precio muy similar.