
La Unión Europea quiere forzar a que los móviles tengan baterías reemplazables fácilmente por los usuarios y esta me parece una noticia que puede marcar un antes y un después en la tradición de renovar teléfono cada dos o tres años.
Yo voy cogiendo el paraguas porque si cuando se forzó la implementación del conector USB-C ya llovieron críticas del sector fan de Apple, lo de ahora puede ser una locura. Supongo que hablarán de móviles más gordos y que pierden su resistencia al agua y polvo por culpa de una ley que ataca a la innovación… pero quizás consigan sorprenderme con argumentos más peregrinos.