El truco es simple y llanamente volver al Gmail clásico, sin categorías automáticas en la bandejas de entrada.
Por una vez, los de la vieja escuela con nuestras etiquetas y filtros personalizados salimos ganando claramente porque yo no recuerdo haber visto publicidad en muchísimos años.
Lo de no usar estas bandejas de entrada modernas es algo que recomiendo en mis cursos de correo electrónico para que mis alumnos se animen a trastear con filtros y etiquetas. Todos salimos ganando cuando profundizamos en estos temas de personalización.