No es que los adolescentes vayan a crearse veinte cuentas para poder seguir viciados a TikTok sino que ahora tendrán que confirmar que quieren seguir enganchados mediante un código adicional.
No es una herramienta coercitiva y ahí es donde más me convence, pues trata a los adolescentes como personas racionales y con cierto poder de decisión. Lo más importante hoy en día es que seamos conscientes del tiempo que pasamos (perdemos) en este tipo de redes.
Es parecido a lo que tenemos con las aplicaciones de bienestar digital, pero es un paso más hacia un mundo en el que sean las propias aplicaciones quienes nos recuerdesn que estamos abusando de ellas. Comenzó YouTube y ahora le sigue TikTok, veamos quién es la siguiente.