
Cuando se recomienda mantener controlados los servicios a los que nos suscribimos por correo electrónico es habitual no señalar un par de excepciones que sí se comentan en este artículo:
- Los correos pueden contener enlaces de «Darse de baja» maliciosos, incluyendo phishing o cualquier otra artimaña para engañarnos.
- Aunque Gmail ofrezca una opción para darse de baja muy cómoda y que evita el anterior riesgo, si la fuente es maliciosa estamos confirmando que nuestra dirección de correo es real y se usa.
Cuando recibimos una suscripción que no hemos solicitado y ante la más mínima duda de que sea algo legítimo suele ser más recomendable marcar el mensaje como spam o incluso bloquear esa dirección del remitente.